En el mundo de empresarial y de los negocios, siempre apostamos al éxito, nos cuesta representarnos el fracaso de un proyecto al que hemos dedicado sacrificios y esfuerzos, pero siempre hay imponderables que sabemos existen, pero creemos que no nos ocurrirán.

Los factores de riesgo, como los cambios en las condiciones del mercado, mayores costos, baja en la demanda, en productividad, deficiencias en la administración, cuentas por cobrar que se transforman en incobrables, ser víctimas de algún fraude, accidentes, multas o indemnizaciones que debemos pagar, siniestros, e incluso una enfermedad que nos obliga a destinar recursos de la empresa a ese fin, nos pueden exponer a enfrentar una crisis.

Somos testigos, de que grandes empresarios, no todo el tiempo de su carrera empresarial, han estado iluminados con solo éxitos, también han sufrido tropiezos o contingencias, que en algunos casos, los ha llevado incluso a enfrentar la quiebra; pero con la misma fuerza y tesón con que emprendieron en sus comienzos, se han vuelto a poner de píe, pero jugando en su favor, con la ventaja del aprendizaje de lo vivido, para hacer las cosas de forma distinta..